08 enero 2013

7 enero 2013: Niañu

Cuenta la leyenda que en las entrañas del concejo de Piloña el mismo Bencebú depositó una roca de dimensiones colosales. De este modo su inconfundible marca se quedó para siempre en ese lugar. Con los termómetros en negativo comenzamos a caminar partiendo del pueblo del Pedrosu, dispuestos a profanar dominios del Príncipe de las Tinieblas, decididos a hacer nuestro tan preciado botín fuera cual fuese el precio a pagar ... 

Caminamos por un buen camino paralelo al arroyo de la La Felguerina que nos hace ascender lentamente para desviarnos hacia la izquierda en el primer cruce de caminos animados por la inequívoca señal que nos indica la dirección a seguir .  Estamos aún en la umbría y la fuerte helada nocturna se hace sentir. Para cuando llegamos a la majada Pereda los rayos solares ya nos iluminan transmitiéndonos una sensación de bienestar. 

Pereda
El buen camino que traemos poco a poco se va difuminando, sin embargo el terreno es sencillo y salvamos la pendiente que nos resta para llegar al Colláu Niañu cómodamente. Una vez aquí nuestra vista se expande teniendo como telón de fondo las nevadas moles calcáreas de los Picos. Decidimos acometer la subida al pico a media ladera lo que nos lleva a vernos atrapados en un caos de escobas: naturales en un inicio y carbonizadas después. Arriba ya podemos distinguir el gran morrillo diabólico y un poco más abajo varios rebecos que escapan asustados a nuestro paso. 


Peñón del Diablo
Llegamos a la base de la gran piedra: mullido tapiz al resguardo del viento. Sin duda éste será el nuestro comedor en el día de hoy, pero antes tenemos alguna cuenta que saldar. Ni las famosas marcas del costillar del maligno son capaces de amilanarnos y con una pequeña trepada nos hacemos con nuestro preciado trofeo.


Con la sonrisa ya a flor de piel posteriormente alcanzaremos las dos elevaciones que se encuentran a cada lado del collado en el que nos encontramos: el Piedra y el Niañu cuyo nombre parece que es una derivación lugareña de la palabra diañu. A partir de aquí descenderemos, directa y nuevamente, al colláu del Niañu.


Piedra, Diente, Niañu y Colláu del Niañu
En pos de una ruta circular volvemos a salvar la pendiente que nos separa para llegar a Peñas Bravas. La luz del Sol nos alcanza ya de forma oblicua  y amenaza con esconderse rauda tras las vecinos cordales. Ya en sombra recorreremos el buen camino que dista entre el Colláu Andolléu al pueblo del Pedrosu.

Desde Peña Bravas
Una salida que nos recuerda que somos los dueños de nuestros miedos, que sólo nosotros somos los escribanos de nuestro destino en el que, incluso, podemos burlarnos del mismo diablo.

03 enero 2013

30 diciembre 2012: Tiatordos

El 2012 toca a su fin. Un año marcado por macrocifras económicas que apabullan y en el que el monte es sinónimo de sosiego. Vamos a por la última excursión del mismo: un "paseo" al Tiatordos desde Pendones (Caso). Un destino gestado a última hora fruto de la improvisación. Una meta que tiene el regusto de ser una cumbre mítica dentro de la orografía asturiana y suponer una nueva conquista para parte del grupo.

Bajo un cielo raso comenzamos a caminar enzarzados en un parloteo incesante colmado de ironía y ambiente navideño.  Pronto abandonamos la pista que cogimos en el mismo pueblo casín para caminar por empinados senderos que nos hacen ascender, paso a paso y  risa a risa, abocándonos, casi sin darnos cuenta, en la angosta Foz del Palombar por la que progresamos entre piedras hasta llegar a la Majada del Pláganu donde existe una fuente en la que es imposible abastecerse. Continuamos, pues nuestra mirada está hoy más arriba. Cruzamos una zona de escobas y pasamos justo al borde de unos tiazos de acebos. Hoy aprenderé que las bolas en las Naturaleza las llevan las hembras, lo del género humano parece ser que supone la excepción ... Ni una hoja en los árboles caducos y la nieve, aunque escasa, hace su aparición. Indudablemente el invierno está aquí.


Collada de los Acebos
Llegamos por fin a la Majada del Tiatordos ubicada justo en la base de la denominada montaña perfecta. Uno de esos parajes fascinantes que regalan los cordales de Caso. Desde aquí nos desafía el Maciédome. Aceptamos el reto, esa crestería ya se encuentra en nuestra lista de futuros proyectos.

Maciédome
Nos restan 400 metros de fuerte desnivel a la cumbre. Sin prisa, pero sin pausa vamos ganando altura. Cuando llegamos a la arista cimera contemplamos azorados como la impresionante pared nororiental se descuelga vertiginosa durante 500 m hacia el abismo del valle de Ponga. Con solo alzar la vista en el cercano horizonte los siempre sugestivos Picos. El vértice geodésico ya está cerca, nuestro objetivo está a punto de cumplirse, sólo nos separa del mismo unos pasos sobre una nieve dura que nos obliga a pensar cada paso que damos y ... ¡cumbre!

Picos desde el Tiatordos
Día de esos "que hacen afición". Mirada de 360º, borrachera total, embriaguez de endorfinas, éxtasis de montaña y frío, mucho frío.


Descendiendo de la cumbre
La comida tenemos que posponerla hasta descender, de nuevo, hasta la Majada del Tiatordos debido al gélido ambiente de la cumbre. Finalmente degustamos unos deliciosos dulces caseros navideños bajo un espléndido Sol que nos proporciona una buena temperatura. El extra de azúcar nos da las fuerzas suficientes para completar nuestro recorrido hasta Pendones. ¿Todavía alguien no entiende el porqué de nuestra afición?

Otro año por delante para llenarlo de nuevas crónicas montañeras y vagabundas, otro año para compartir  nuevos proyectos y experiencias con viejos y nuevos compañeros en este tremendo viaje que es vivir.

¡Feliz año vagabundo!