06 diciembre 2012

Regreso a Oubacho

A muchos traspasar la barrera del mes de septiembre les deprime, pues supone dejar atrás las largas jornadas de luz y buen tiempo para sumergirse, poco a poco, en la morada del frío y la noche. Sin embargo, a los que nos gusta el contacto con la Naturaleza los cambios estacionales nos encantan, pues trastocan por completo nuestro entorno y, así, aún conociendo el terreno podemos vernos inmersos en un paisaje totalmente novedoso. Una de las trasformaciones más increíbles tiene lugar en otoño. Caminar en esta época por nuestros bosques es situarse dentro de un lienzo multicolor de verdes, ocres y rojizos.


Dentro de la riqueza forestal de Asturias hay una reserva natural por excelencia. Su riqueza biológica  es incalculable, tanto que casi no somos conscientes de la misma. Este tesoro se sitúa en los confines del concejo de Cangas de Narcea y tiene el pueblo de Moal como su puerta de entrada. De acceso rigurosamente restringido Muniellos es el hogar de los rebochos, no en vano está considerado como el robledal más grande de Europa, teniendo, además,  la categoría de Reserva de la Biosfera.

Aledaños de Muniellos
Una mirada retrospectiva de mi vida me lleva a mis años de párvula. Los recuerdos que guardo de aquella época son bastante vagos y, sin embargo, alguno pervive muy claro en mi mente. Recuerdos como el de aquel día que fuimos a la gueta con la faltriquera ya las bornazas por el camino que lleva a Tablizas o el de la decepción al ver el agua marrón al llegar a la tan ansiada Laguna de la Isla la primera vez que entré en Muniellos. Pero, sin duda, los mejores son los de las largas tardes de juego con los guajes de Moal para llegar a casa sólo porque mis padres así lo solicitaban y, por supuesto, ¡directa a la bañera!

Hace más de treinta años de esos días y dos desde que volví a entrar en el bosque mágico en un día de primavera. Aquel día irremediablemente, después de dejarme seducir por la extraña belleza de las lagunas, tuve que subir hasta la escuela de Moal ... cosas de la nostalgia.

Laguna de la Isla (Muniellos)
Recientemente un intento fallido al pico Caniellas, el segundo ya y ambos por inclemencias meteorológicas,  hace que termine el día embadurnada de mis memorias de niñez. La agradable caminata mañanera en medio del orbayu y la niebla nos deja un tiempo libre inesperado. Visita al Centro de interpretación de Muniellos ubicado en una carretera que culmina en un pueblo cuyo nombre me es bien conocido. La guía de excepción que he tenido durante todo el fin de semana culmina su tarea de anfitriona de una forma sublime y hace que  treinta y dos años después mis pies paseen, de nuevo, por Oubacho  y mis ojos se encuentren frente a frente a un precioso edificio con galería en el que un día fui a escuela. Sensaciones únicas para esta excursión tan especial.

Oubacho

23 septiembre 2012

En busca del Fin del mundo


Finis Terrae
, el confín del mundo conocido, el perfecto altar para el Sol en un rincón de atmósfera mística.


La crisis y los vaticinios de los modernos brujos señalan la cercanía del fin del mundo. Cuantificar, fijar lindes y límites siempre ha sido una obsesión del hombre, un empeño casi tan grande como el del egocentrismo de nuestra raza.  Ya Aristóteles impuso el método deductivo, aquel que obtenía conclusiones a partir del razonamiento de la mente humana partiendo de axiomas considerados irrefutables y alejándose de toda observación experimental de la Naturaleza. Así estableció el centro del Universo en la Tierra, como no podía ser de otro modo, y limitó los confines del Cosmos a  través de la bóveda de las estrellas fijas.

Los antiguos griegos no dudaban que la Tierra fuera redonda dado que las posiciones en el cielo del Sol, la Luna y el resto de los cuerpos celestes variaban dependiendo de la latitud. Además, la esfera era considerada como la forma más perfecta existente ¿cómo no iba a tener nuestra Tierra semejante condición si el Sol y la Luna la presentaban?. Eratóstenes de Cirene incluso llegó a predecir, de una forma asombrosamente precisa, su tamaño aplicando sencillas reglas de trigonometría  y conociendo el hecho de que en la actual Assuán una estaca clavada verticalmente no proyectaba sombra en el mediodía del solsticio de verano cuando ésto no sucedía en Alejandría. Después Roma y la sombra de la Edad Media ...

Finisterre, el falso punto más occidental de la península, allí fijo la meta en esta nueva aventura. Una peregrinación en busca de mis propios límites sobre la bici, un camino para recorrer junto a uno de los grandes guías de mi vida, una travesía de altibajos y de decisiones imposibles a semejanza de la vida misma ...




25 agosto 2012

Walking on the Milky Way

Macizo Central o de los Urrieles, corazón de los Picos de Europa, reino de la roca y el vértigo, paraje de atracción desconcertante. Macizo Occidental o del Cornión, feudo de las majadas, el más sagrado, el de posibilidades infinitas, seducción en estado puro. Picos, otra vez Picos ... 


Cornión entre Torrecerredo y Cabrones
Con el verano su llamada se hace más intensa, imposible resistirse a la tentación. Nuevas exploraciones y conquistas, grandes reencuentros, nuevos retos en el horizonte. Recorrerlos produce electricidad en cuantos amamos este capricho geológico. La perfecta descripción de su rastro viene de la mano de un gran amigo cuya filosofía montañera tiene su cuna allá donde la mía.


Efecto Picos de La Montaña de Serbal


Urriellu
Los secretos de estas montañas son desbordantes y cuando al ocultarse el Sol caes exhausto dentro del saco  dispuesto a recuperar fuerzas para una nueva jornada, en ese momento sientes el ruido del silencio, la suave brisa de alta montaña y la magnitud del cosmos. Tu mente nada en un mar de interrogantes existenciales donde los sueños y racionalidad se enmarañan.

Y es entonces, sólo entonces, cuando comienza tu deambular por la Vía Láctea ...




  OMD - Walking On The Milky Way


31 julio 2012

21 de julio 2012: Colláu Zorru

Hay montañas que, por alguna razón, a pesar de entrar todos los años en la lista de aquellas a conquistar se muestran esquivas a dejarse querer. Mi historia de amor con el Colláu Zorru se remonta a mis, lejanos ya, tiempos de estudiante cuando subí por primera vez a mi favorito de la zona: el Recuencu. Aquel día todavía quedaban restos de nieve, pues el invierno estaba tocando a su fin, y así fue como durante el descenso trineando nos vimos la caras por primera vez. Arriba, los altaneros Picos y la perfección del Tiatordos, lo habían eclipsado totalmente.


Bajando del Recuencu (2001)
Diapo de Fran Berán
En la última década han sido diversas mis salidas por los cordales de Ponga. Un concejo de bosques, majadas y peñas de belleza turbadora, un lugar en el que perderse, el sitio perfecto para ese encuentro íntimo con la Naturaleza tantas veces buscado. En todas, el Colláu Zorruuna y otra vez, resistía altivo a mi visita.


Un día de calor sofocante partí de la Uña en su busca. Manuel Quintana tenía previsto un itinerario  precioso para poder conocerlo al fin. Paisaje típico de las montañas leonesas, sol y ese olor a verano tan característico. 


Pista desde la Uña
Caminamos por buena pista a nuestra derecha vemos la gran base del montañón que es el Picu Diez como alguien lo bautizó una vez, es decir, la gran mole de Peña Ten tras la que se atisba su  inseparable compañera Pileñes. 


Peña Ten
Cambiamos la pista por un sendero, en medio de praderías y bosques, caminando sin remedio hacia un halo blanco que amenaza con malograr mi ambicionado encuentro. En un sube y baja rompepiernas, cruzamos diversos collados y majadas en medio de la caprichosa niebla que, como nosotros, asciende y desciende en una danza tramposa e insolente, dándonos una de cal y otra de arena, haciendo totalmente impredecible qué nos tiene reservado en el picu.




Al acercarnos me doy cuenta que nuestro idilio seguirá siendo turbulento y a pesar de pisar su cumbre no me permitirá disfrutarla como se merece. En fin, ¡ye lo que hay, p´arriba! La visibilidad ahora ya es casi nula, ni un atisbo en el cielo que presagie algún cambio ... La pendiente es acusada, pero ganamos altura con facilidad. Al encarar la arista cimera sucede: conseguimos despojarnos, en parte, del halo blanco que nos atrapa.

Arista del Colláu Zorru
La cita, tantas veces pospuesta, no defrauda. Abajo un San Juan de Beleño que aparece minúsculo desde nuestra atalaya, en el horizonte se sospechan los perfiles del Maciédome, Tiatordos y el cercano Recuencu e, inesperadamente, ahí están ellos ...

Picos desde el Colláu Zorru
La bajada la encaramos hacia Beleño, primero por la desnuda montaña, después cada vez más tapados por la masa forestal hasta la collada de Les Caldes y, posteriormente, la gran pradería de Les Campes que siempre representa un oasis donde refrescarse con fresca agua. Sólo resta ese "buen camino carretero" que nos ha de llevar a la capital del concejo en la que existe una nueva piscina al aire libre, muy concurrida, para nadar bajo la protección del espectacular Tiatordos. Será un tópico, pero cierto, ¡Asturies paraíso natural!

Tiatordos

23 julio 2012

Pedaleando por Peñas

La Semana Europea de Cicloturismo en Gijón congregó a más de 1200 personas procedentes de 15 países con el objetivo de conocer este rincón del mundo de nombre Asturias a golpe de pedalCada cual vivió la Semana a su manera, a su ritmo, en función de sus objetivos personales ... cada uno ha escrito su propia historia de este evento, en la mía personal ha calado hondo por muchas razones, entre otras, por comprender que la filosofía "pisapraos" puede trasladarse fácilmente a la bici.


Algún día tuve la suerte de mezclarme entre la muchedumbre por la carretera, de empaparme de la verdadera esencia de hacer turismo sobre dos ruedas. Esta posibilidad surgió de una manera espontánea, casi de una forma necesaria, como algo que tenía que ocurrir . . .


El día anterior había coincido en el Cabo Peñas con los valientes que se habían atrevido con la ruta de nombre Sabor Marino. Confieso que sentí envidia al ver cómo habían llegado allí en bici. Me pareció una experiencia muy placentera el poder llegar a este bello rincón de Asturias de esta forma. En ese mismo instante decidí que yo también quería hacerlo.




Así fue como terminé, al día siguiente, en el alto de la Fumarea como uno más de ellos, a mi ritmo, a mi manera. Aprendiendo con modelos reales, con sabios de esta manera de entender este deporte, inyectándome en vena esta filosofía de utilizar la máquina perfecta.





La Semana terminó y yo tenía una tarea pendiente. Así que en un día simplemente excepcional, al olor de la yerba seca y con el mar Cantábrico siempre vigilando mis andanzas, llegué sobre dos ruedas allí donde un día envidié que otros lo hicieran. ¡Un deleite para los sentidos!



15 julio 2012

14 de julio 2012: Torre de los Traviesos o del Alba

El círculo rojo del calendario señalaba que la excursión que no podía perderme había llegado. Hoy tocaba seguir los pasos de Xuan Lobelle, guía de excepción tanto por su sabiduría montañera, como por su capacidad, sin igual, para que todo el mundo disfrute de la montaña. Él fue quien me llevó, ya hace algunos años, a vivir mi primera pernocta en el corazón de Picos. Nunca olvidaré aquella preciosa puesta de sol en Collado Jermoso en tan buena compañía, ni aquel pasu bajando de La Palanca . . .

La Peñuca realiza la parada del café en Cangas de Onís. Aviso a navegantes: 20 minutos, hoy no hay tiempo que perder,  más tarde lo agradeceremos. Subida hasta los Lagos y en el colláu Valeres, al pie del Lago Enol, nos apeamos. Comienza nuestra excursión.

Salida del colláu Veleres
Atravesamos la Vega de Enol hasta llegar a Pan de Carmen donde habitualmente suelen comenzar mis andanzas. Dejamos a un lado el Pozu del Alemán, una poza natural del río Pomperi donde parece que tenía afición a bañarse un hombre del país teutón. Comenzamos a ganar desnivel cruzando diversas majadas: Vega la Piedra, Canrasu, la Rondiella y por fin, tras el repecho final, divisamos el Refugio de Vegarredonda. El grupo se reagrupa en el refugio viejo, donde existe una fuente de la que mana un buen chorro de agua.

Vegarredonda
Hay visibilidad, pero la niebla amenaza insistentemente con cubrirlo todo. La temperatura es baja, ideal para caminar, pues puedo asegurar que la subida a Vegarredonda y la Llampa Cimera que tenemos por delante, puede convertirse en tortuosa cuando el calor aprieta. Sin prisa, pero sin pausa ganamos rápidamente altura. Picos es así, salvaje, con un paso hay veces que ganas casi medio metro de desnivel. Finalmente llegamos al collado de La Fragua, detrás de nosotros una bruma blanca ha hecho que perdamos toda visibilidad. Se ha puesto frío y tenemos que abrigarnos. 

Subida a la Llampa Cimera
Llegando a la Fragua
Seguimos por el camino marcado, bajo la atenta mirada de la Torre Santa de Enol que nos queda a la derecha y nos internamos en la zona conocida como las Barrastrosas. El sol vuelve a lucir reflejándose en la blanca roca caliza.


Finalmente llegamos a la boca del Jou de los Asturianos desde donde la esbelta silueta de la reina de Picos al fondo, Peña Santa de Castilla, no quiere dejarse ver de forma completa. En este punto nos desviamos a la izquierda por un camino poco evidente que obliga a realizar una pequeña trepada tras la que caminamos sobre la roca modelada por el modelado kártico tan característico de este zona. Una simple mirada atrás nos permite contemplar los gigantes que rodean el Jou Santu. Llegamos a la boca de otro jou, al otro lado vemos nuestro objetivo, a parte del grupo le parece infranqueable, imposible que se pueda subir hasta allí ¡habrá que ir a comprobarlo! 


Torre de los Traviesos
Bordeamos el jou hasta la arista que lleva al pico, paso a paso subimos sin mayor problema y a las 14:35 pisamos la cumbre de la Torre de los Traviesos, según los programado en la apretada agenda del día de hoy. Abajo la Garganta Divina, enfrente los Urrieles, a un lado Peña Santa y sus compañeros, al otro la imponente arista de la Robliza. ¿Podrá existir mejor sitio para comer el bocata? En honor a la verdad otras delicias en forma de dulces caseros hicieron su aparición en escena, pero ¿qué queréis? Esto ye el Real Grupo de la Peñuca.


Macizo Central desde Los Traviesos
Vista hacia la Robliza
Sector de la Torre Sta de Enol


El resto de la historia es sencillo, todo pa bajo hasta llegar a la Bufarrera, buena compañía, charla incesante, las endorfinas haciendo sus trabajo ... en resumen: felicidad total.

Xuanín, otra de tantes, ¿qué te voy a decir que ya no sepas? ¡Gracies!












22 mayo 2012

11 diciembre 2004: Recuerdos del Sagrado Corazón

De Gijón parten cinco peñucos. El nerviosismo está a flor de piel, un cielo estrellado nos acompaña preludio de lo que como dice Serrat puede ser un gran día. Parada en Arenas, el café no se perdona y subida al Jitu Escarandi. Aún el sol no lanza sus rayos hacia nosotros, pero se atisba tras la impresionante silueta del Macondiu a la par que evapora la nieve de la vertiente sur. 


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Macondiu
   

Comenzamos a caminar por la pista que nos llevará hacia el Casetón de Andara, la sonrisa no nos abandona pues hoy se logrará el objetivo marcado. Cuando alcanzamos el Casetón todavía permanece en la sombra y unos asombrosos carámpanos cuelgan de su alero. Proseguimos la ascensión hasta el Collado del Tresmacondiu, el cielo azul contrasta con la claridad que desprende la nieve, las condiciones climatológicas son simplemente inmejorables y la satisfacción se muestra en cada uno de nuestros rostos, no podemos, ni queremos ocultarlo. 

Un pequeño descenso nos interna en las Vegas de Andara cubiertas de un manto blanco totalmente virgen a excepción de una pequeña senda que corta la vega de forma transversal. La recorremos con miedo de hollar fuera de ella, no podemos permitir que nuestros pies estropeen el espectáculo que están viendo nuestros ojos. Según ascendemos al Collado de San Carlos y echamos la vista atrás rebautizamos al pico que nos muestra ahora su asombrosa parte sur: el Makondiu. 

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Vegas de Andara
Al fin alcanzamos el collado, a un lado el Samelar, al otro nuestro objetivo y en frente la Cordillera. Nos calzamos los crampones, innecesarios por otro lado por el buen estado de la nieve, pero a la gente principiante en estas artes nos hace ilusión … 
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Samelar
Llegada a la cumbre, el Santu vestido con una impresionante columna de hielo, mil imágenes que nunca olvidaremos, fotos de rigor y buena charla con un par de montañeros de Mieres y un antiguo compañero de escuela que llega en sus skis.


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Sagrado Corazón
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Tras deleitar nuestros sentidos comenzamos el descenso por la ladera, deshaciendo lo andado y teniendo otra perspectiva de la excursión. 


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Cuando llegamos al coche ya se vuelto a poner frio, dentro de poco anochecerá, última mirada atrás para despedirnos del Makondiu y rumbo al hogar.

08 mayo 2012

5 de mayo 2012: En busca del paraíso perdido


Hay unos montes, aquellos que servían a los antiguos navegantes como punto de referencia para adentrarse en alta mar, con un poder de embrujo irreversible en quien alguna vez se ha atrevido recorrerlos. Son los Picos de Europa. Sus desniveles imposibles, sus profundas simas, sus canales vertiginosas y sus agrestes cimas facilitan un entorno de excepción para el montañero. Si a esto se le suma el espectáculo de colores del sol al reflejarse en la caliza, diferente en cada momento del día, tenemos la explicación al hechizo.

Un nuevo día por delante para recorrer estos montes divinos. La ruta prevista discurrirá por el macizo pre oriental en cuotas bajas, una de las partes más desconocidas y sorprendentes de Picos. Partimos del pueblo de Mildón ubicado a orillas del río Cares en la carretera AS-114 (Cangas de Onís - Panes). El inicio de la marcha se realiza por carretera serpenteante dirección al pueblo de Oceño perteneciente al concejo de Peñamellera Alta. Vamos ganando altura sin dificultad ampliando, así, el campo de visión. Abajo un azul celeste río Cares sobre un lecho de erosionada roca caliza, enfrente un murallón del mismo material del que surgen arboles que parecen transgredir todas las leyes de la física, a nuestro lado praos que muestran una incipiente primavera.


Río Cares
Antes de llegar al pueblo nos desviamos a una pista que abandonamos pronto antes de llegar a una cabaña, tras un breve ascenso por un sendero llegamos a una portilla donde un nuevo valle, en cuyo fondo discurre el Río Mildón, se abre ante nosotros. Caminamos por un sendero bien marcado a media ladera. Poco a poco vamos descendiendo al cauce del río, cuando lo alcanzamos podemos contemplar un conjunto de bañeras talladas en la roca llenas de un agua limpia y cristalina que se encuentran separadas entre sí por pequeñas cascadas. Un juego de agua natural a modo de spa en el que nos apetece zambullirnos.




Avanzamos con precaución por encontrarse el camino mojado en medio de una exuberante vegetación al arrullo del fluir del agua. Mil y una imágenes en la retina, la naturaleza campa a sus anchas a nuestro lado.




Voy contemplando cada rincón, cámara en mano queriendo inmortalizar cada momento, sorbiendo cada minuto de este regalo de excursión y deseando que no termine nunca. Es la segunda vez que paseo por estos parajes, la primera fue  de la mano del gran Ángel Sánchez Antón, cicerone de excepción de estos parajes cuyos secretos detalla milimétricamente en su libro Macizo Nororiental de los Picos de Europa. A pesar de ser terreno pisao el camino presenta novedosas infraestructuras con respecto a mi paso anterior que obligan a los peñucos a guardar la vez para para alcanzar el otro lado del río. En la imagen la muestra de esta gran obra de ingeniería y su forma de utilización, aunque, en honor a la verdad, existen evidencias gráficas otras variantes de empleo ... allá cada cual.   


                                                            Foto de Xuan Lobelle
Proseguimos en medio un bosque sobre un camino de hojas flanqueado por tapiz de musgo verde que incluso trepa por los árboles. Es tan mágico que no nos sentiríamos extrañados si de repente surgiera algún trasgu a burlarse de nosotros. Al dejarlo atrás tras una breve y empinada cuesta alcanzamos la Redondina.



Nuestro siguiente objetivo es el colláu de Les Cuerres, punto más alto de la excursión. Desde donde nos encontramos debemos salvar unos 300 metros de desnivel atravesando el bosque y con una fuerte pendiente. Una vez allí ya vemos la hermosa majada del Vierru.


Vierru desde Les Cuerres
Se pone negro, parece que la costa está lloviendo, antes de llegar al Vierru, como diría Obélix, el cielo cae sobre nosotros, por lo que no nos detenemos en esta magnífica majada y volvemos a internarnos en la masa forestal. De repente el sol vuelve a hacer su aparición consciente que debe lucir en el acto final del día. Cruzamos un gran argayu y proseguimos  la marcha por un precioso hayedo cruzando diversos saltos de agua hasta que llegamos a la Pernal. A partir de aquí terreno desconocido para mí.


Descendemos hasta el cauce del río Miñances y por terreno complicado, de piedra en piedra, vamos sorteando los diferentes obstáculos que nos salen al encuentro. De repente aparece ante nosotros el Saltu del Caleyu, una cascada de agua con una altura cercana al centenar de metros situada en un lugar de difícil acceso y rodeada de naturaleza virgen. Sin duda un lugar bucólico, un paraíso perdido ...



Parece que la excursión ya no puede depararnos más sorpresas, sin embargo nuestra marcha discurre justo por la caja del río. Llega un momento que debemos detenernos pues tenemos ante nosotros un sedo, provocado por una pequeña cascada, que cuelga unos 15 metros sobre el río, un tanto peligroso por encontrarse totalmente mojado. El guía de la ruta y sus secretarios en previsión de este escollo ha porteado cuerda y cintas express para equipar el paso con un pasamanos y, así, de uno en uno, lo pasamos con éxito.




De aquí a la carretera un suspiro y con un km y medio más nos encontramos, de nuevo, en Mildón. 
Esta crónica sólo puede concluirse de una forma y es con el sabio consejo del guía de esta excursión: "siempre hay que seguir el culo del guía". Eso hemos hecho Paco y no nos ha ido nada mal. ¡Gracias!


Paco´s adventure team

13 febrero 2012

11 febrero 2012: Peña Llagos, caliza entre los ríos Nozalín y Alba


La ola de frío siberiano que azota Europa nos proporciona un gélido despertar con unos termómetros que marcan 0ºC a nivel del mar. El frío no merma la ganas de ir al monte y, según el programa establecido, La Peñuca dirige sus pasos hacia Soto de Agues (Sobrescobio), previa parada en Laviana para poner a punto nuestro almacén energético a base de bartolos.

Cuando comenzamos a caminar el Sol ya se atreve a lanzar sus rayos sobre nosotros de manera tímida, pues mientras atravesamos la Foz del Nozalín podemos contemplar las mil y una formas que genera el agua al congelarse sobre la vegetación, muestra inequívoca de la temperatura ambiente. La música a estas bellas imágenes la pone el murmullo del agua.




Atravesamos el bosque por medio de una pista cubierta de hojas testimonio del no muy lejano otoño y con alguna que otra pincelada de blanca nieve y zonas heladas muestra del presente invierno.  Conforme ganamos altura atisbamos  entre las desnudas ramas los cordales de la contorna que se dejan ver en su plenitud tras alcanzar la Majada de Fresno, donde la masa forestal ha quedado atrás. En mitad de la majada un pequeño charco helado, alguna cabaña y ya podemos divisar el Pico Fresno que será la primera cumbre del día.




Majada de Fresno desde Pico Fresno
Tras un breve descenso accedemos a una collada por buen sendero que se va difuminando según ascendemos entre hierba y peña caliza. El esfuerzo tiene su premio y sobre las dos nos comemos el bocata encaramados a Peña Llagos en un día claro y nítido y vigilados de cerca por las cumbres próximas. Decidimos bajar cuando el astro rey se oculta tras un conjunto de nubes y empezamos a sentir frío.

Subida a Peña Llagos
Soto de Agues desde Peña Llagos

Regresamos, de nuevo, a la campera del Fresno, cayendo ahora al río Alba, ruta que completaremos  hasta Soto de Agues.